lunes, 16 de noviembre de 2015

Crítica personal: Ex Libris


Título: Ex libris
Autora: Sandra Andrés Belenguer
Editado en España por: Everest

Sinopsis:
¿Cuántas veces has sufrido viendo cómo el protagonista de la novela que leías estaba en peligro o siendo víctima de una traición y no has podido hacer nada para evitarlo? ¿Has contado las ocasiones en que te hubiera gustado ir en su ayuda o simplemente ser un personaje más?
... Lara, no todas las historias están escritas... Deberás comprobarlo por tus propios medios...

Los libros son como una máscara, hasta que no abres su cubierta, nunca puedes descubrir su interior.

Crítica personal (puede haber spoilers):

Sandra Andrés Belenguer me llevó a la palma con la primera parte de La Hija de los Sueños, y no dudé en probar esta obra cuando la encontré de manera casual, pues había escuchado y leído fabulosas críticas. Sin embargo, sentimientos un tanto ambivalentes resonaron en mi fuero interno tras finalizar esta lectura, siendo ésta una de las reseñas más complicadas que he tenido que hacer.

Ex libris nos presenta a Lara, una adolescente apasionada de la literatura que, por circunstancias de la vida, se ve obligada a mudarse a París desde España con sus padres, quienes empiezan a trabajar en el bistró que regenta un tío suyo que emigró al país vecino tiempo atrás.
Pero ella no es feliz en París, por más tiempo que pase desde su llegada, viendo un infierno como reverso de la belleza que le transmite esa emblemática ciudad. En su instituto es considerada un bicho raro, objetivo de constantes mofas y crueles malicias de sus compañeros; algo que hace que se vuelque aún más en su amor por los libros, sus únicos y más fieles amigos a los que no renunciaría jamás.
Y todo cambiará el día en que conocerá un extraño establecimiento perdido entre las calles de la ciudad, el cual marcará un antes y un después en su vida: La Librería Blanchard.

La protagonista principal es una chica como cualquier otra, aunque con una admirable devoción por la literatura, un  mundo en el que encuentra dicha y refugio, en especial por sus lapidadas relaciones sociales al no conectar con sus compañeros del Lycée St. Louis, quienes no comparten con ella su afición al nivel que profesa. Una soledad y una tristeza que soporta como mejor puede tratando de ser en lo posible desapercibida en su vida estudiantil, algo que no surte tanto efecto como desearía, contando con el consuelo que le brindan sus amigos de papel y tinta. Y aunque no tiene una mala relación con sus padres, estos, en especial él, no aprueban que su única hija se recluya en los libros a ese extremo.
Cuando conoce a Monsieur Blanchard en la librería cuyo apellido da nombre, a base de curiosidad ávida y tozuda persistencia por sondar ese establecimiento que no se le antoja muy corriente, se sumirá más que nunca en su mayor pasión a un nivel que se sale de todo entendimiento. Y será entonces cuando comience la mayor aventura de su vida.

La historia desde su comienzo, y a medida que pasan las páginas hasta rebasar el umbral de las cien primeras, resulta prometedora, original y absorbente. Sin embargo, a medida que se avanza más allá, Ex libris fue dándome poco a poco una de cal y otra (a veces dos) de arena. Son bastantes aspectos los que me encantan del conjunto de este libro, pero hay otros tantos que no me llegaron a conectar tanto como cuando leí La Hija de los Sueños I.
El planteamiento que se refleja en esta obra, como dije, rezuma originalidad y frescura, con una historia que prometía muchísimo, pero que a medida que avanzaba no sentía un especial crescendo de fuerza y magnetismo en la trama, pareciéndome incluso un poco lineal. Sin embargo, es un libro lleno de intrigas y magia, encontrándome tanto sorpresas inesperadas como ciertas puntadas que se veían un poco venir; a la par que brota una tierna historia romántica que florece más y más a pesar de la incertidumbre y la realidad que sólo conoce Lara.

El libro está compuesto por páginas blancas, negras y grises, siendo estas últimas las que abarcan casi la totalidad de la obra; cada color tiene un contexto bien marcado que le brinda más originalidad y vistosidad. Se relata predominante en primera persona, desde la perspectiva de la propia Lara, viendo con sus ojos lo que la rodea, sintiendo con su corazón las alegrías y las penas; aunque hay partes que recurre a la tercera persona para exponer escenas donde ella no está presente y que son cruciales para el conocimiento del lector. Tanto un caso como el otro, comparten un detalle rico y conciso, sin resultar excesivo. Aunque abundan los párrafos cortos, es una lectura intensa pero nada pesada, siendo recomendable leerlo con calma para mayor disfrute.

El estilo narrativo de Sandra me sigue agradando en gran medida, uno de los puntos más fuertes que sigue siendo motivo de quitarse el sombrero. Un lenguaje muy rico y versado, una ambientación que logra arrastrarnos al libro en sí, a sus acontecimientos y a las emociones de su elenco, capaz de llegar al lector en ese aspecto. Resulta agradable la dulzura que destila cada palabra de la pluma de la autora, aunque en casos muy puntuales se me antojó un poco dulce, apasionado y lánguido de más para mi gusto personal como lector.
Además, deja muy patente la pasión literaria de la protagonista, que entreveo que se equipara a la suya propia, con grandes menciones y referencias a obras y autores como Alejandro Dumas o Víctor Hugo. Desde luego, Sandra lanza entre las páginas de Ex libris unos cuantos cebos para el lector ávido.

Lara es la protagonista principal, algo muy notorio sobre todo al comienzo; pero a medida que sondé la historia hasta el final, me pareció que no cargaba dicho rol de manera constante. Sí que cumple su papel con pericia, siendo además realmente activa en la trama, pero en muchos momentos de las páginas grises he visto en ella más bien un personaje más que a una verdadera protagonista central, bastante igualada con el resto del elenco, y a veces como una mera narradora de los sucesos de los que forma parte. No es que esto sea malo, en absoluto, pero lo que hace perder un poco de ella es que su evolución no alcanzó del todo mis expectativas. He de recalcar que lo que más me gustó de Lara es que llegué a comprenderla, identificándome yo mismo en unos cuantos de sus matices, por la que he sentido empatía, lástima e impotencia en muchos momentos; y en general bastante simpatía, sobre todo en las páginas blancas. También ha llegado a emocionarme con sus reflexiones tan íntimas, sus alegrías y penas, arrastrándome a su corazón. Sin olvidarme de una admiración enorme por su pasión y conocimiento eidético en literatura. He visto perfectamente en Lara a la amiga ideal que todo aficionado a la lectura (ya sea consumado como ella o no tanto pero que igualmente disfrute de ello) le encantaría tener.
Sobre el resto de personajes, poco podría decir de ellos. Los más relevantes no son muchos, sin ahondarse demasiado en ellos por lo que muestra la perspectiva en primera persona de Lara o las puntuales narraciones en tercera persona.
El más destacable de estos es Julien, sin duda alguna. Un chico que la mayoría de las féminas lo considerarían ideal y de enseño, aunque con sus pesares y fantasmas en esta historia que laceran su alma; un joven fuerte pero con un punto de fragilidad que a veces ha salido brevemente a la luz como una estrella fugaz. Él conecta con la personalidad y los gustos de Lara con perfecta simbiosis, quizás demasiado perfecto pero que podría pasar en la vida real. Desde su primera aparición se puede intuir un poco de antemano cómo irá la cosa entre él y la protagonista principal.
Monsieur Blanchard, aunque no da un aporte directo, sí que posee su peso relevante dentro del papel que le corresponde. Un consumado entregado a la lectura y erudito de los libros. Será él quien abra a Lara un nuevo camino que descubrir en lo que les apasiona a ambos.
Un pequeño punto a favor es precisamente la parte antagónica. No puedo decir gran cosa al respecto para no caer en spoilers, pero sí que sus intenciones e identidad son difusas, que se irán aclarando a medida que se llega al final. Aquí está claro que no es oro todo lo que reluce, y que todo se aclara cuando las páginas van siendo más escasas las que retienen el pulgar de la mano derecha... Sin embargo, aunque ha sido sorprendente y original este aspecto, lo cierto es que me dejaron más bien frío tras descorrer los últimos telones de misterio.
Hay unos cuantos personajes más, pero ciertamente no los comentaré. En primer lugar, al igual que en las anteriores líneas, para evitar spoilers innecesarios, y segundo porque en verdad muchos parecen concebidos para ejercer más que nada un papel que los relega más bien a complementar la historia global o el trasfondo de Lara, y en muchos casos siendo personajes más bien planos e incluso estereotipados.

Sobre su desenlace, la verdad no me terminó de convencer. La historia empezó prometedora, pero a medida que fue desarrollándose su lectura fui perdiendo parte de mi convencimiento sobre la misma, y su final no logró mejorarlo en mi opinión muy a mi pesar; y no es un mal final, pero no he podido conectar como me habría gustado, y quizás me había esperado otra cosa (creo que sueno un poco a eso de las rupturas con el cliché de “no es por ti, es por mi”). Lo que no quiere decir que otros lectores compartan mi criterio, pues será posible que haya quienes conecten mejor con la novela.
Ex libris termina con bastante ambigüedad, pudiendo ser un libro auto conclusivo o con la posibilidad de una continuación; creo que aún queda tiempo para corroborarlo al cien por cien.

La portada, sumada al diseño de cubierta y maquetación, son toda una obra de arte bien trabajada y que brinda unas vestimentas de verdadero lujo a la historia que atesora en su interior. Un perfecto lienzo que utiliza las tres tonalidades de las páginas que componen el libro (que por cierto, laboriosos y agradables encabezados de inicio de capítulos). Incluso en el tacto de la cubierta resulta apreciable el esmero que la editorial ha volcado en este manuscrito.
Lo único, para los lectores avispados, he encontrado un incoherente pero no demasiado importante (creo yo) anacronismo entre la imagen de contraportada y algo que comenta Lara en las páginas grises (y hasta aquí puedo leer).

Conclusión: Una historia, con fantasía, intrigas y amor, bastante original y entretenida pero que quizás se podría haber aprovechado un poco más si cabe. Aún así, la pluma exquisita y delicada de la autora es un regalo para el lector, metiéndonos literalmente en su obra. Si te apasionan los libros, no te costará despertar, por lo menos, estima y cariño hacia Ex libris.


Mi valoración global: 3,5/5


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